VERA -ALMERIA PLAZA DE TOROS (1879)
La plaza de toros es de estilo mudéjar y su fachada está construida con piedra y arenisca al descubierto. Sus dimensiones son de 70 metros de diámetro y 40 metros de diámetro del ruedo. La plaza cuenta con cinco corrales, ocho chiqueros , un patio de caballos y con un aforo de 4800 personas, que se distribuye entre 5 tendidos. Entre las instalaciones de ella se incluyen una oficina para los veterinarios, una enfermería, calabozos, una sala de despiece y una capilla con una imagen de Ntra Sra de las Angustias Patrona de Vera, donada por el Club Taurino en el año de la reinauguración de la plaza.
Existen referencias históricas en documentos del archivo histórico municipal de la celebración de festejos con toros en pueblo de Vera que se remontan hasta el siglo xvi. Durante el tiempo desde las primeras celebraciones de festejos taurinos hasta que la plaza de toros se inauguró, se realizaron diversas celebraciones taurinas como conmemoración de acontecimientos importantes a pesar de las críticas a estas prácticas por parte de la iglesia católica durante este periodo de tiempo. En el siglo xviii, debido al inicio de la monarquía de los Borbones, la nobleza abandonó estas prácticas hasta que fueron finalmente prohibidas por parte de varios de los reyes Borbones durante este siglo. Esta prohibición, sumada a una crisis económica provocó que no se celebrarán festejos taurinos hasta el primer tercio del siglo xix.
El desarrollo económico y demográfico que sufrió esta zona con el descubrimiento de nuevas explotaciones de plomo en la Sierra Almagrera en 1839, hizo que los poderes económicos de la burguesía comarcal se incrementaran. En 1878 y como consecuencia del enriquecimiento económico de la burguesía, el abogado veratense Tomás de Haro Haro, quien era dueño de los terrenos donde se edificó la plaza, y el empresario malagueño Carlos Huelin Larrain, se asociaron para llevar a cabo el proyecto de construcción de la plaza de toros. La plaza se inauguró el 25 de septiembre de 1879 con la festividad de San Cleofás.
A finales del siglo xix el empresario de la plaza Pablo Capilla dejó de pagar la contribución por lo que la plaza fue embargada a Tomás de Haro, quien tuvo que asumir los pagos del embargo.
A partir de este suceso, la plaza se fue abandonando poco a poco. Además, la escasa calidad de la obra inicial contribuyó a ello y a que la popularidad de los festejos fuera decayendo hasta que dejaron de realizarse.
A comienzos del siglo xx, la comarca entró en una recesión económica como consecuencia del cese de la actividad minera.
Para solucionar el cese de los festejos agravado por la situación económica, un grupo de empresarios veratenses encabezados por Victoriano Sampedro y Vallejo, se unieron fundando la Sociedad Civil Anónima "Taurina Veratense" en 1904 con el objetivo de revitalizar la celebración de festejos taurinos. La sociedad compró la plaza a Tomás de Haro por un precio de 2000 ptas.
La sociedad inició la reconstrucción de la plaza con Diego Cervantes como encargado del proyecto. Debido a la envergadura del proyecto, cuyos costes fueron mayores de los previstos en un principio, y a que algunos de los miembros de la sociedad dejaron de contribuir se tuvieron que abaratar costes en las construcción. Esto sumado a una gran epidemia que asoló el país en el año 1912 y a las malas cosechas agrícolas en esta época, obligaron a la sociedad a suspender durante seis meses los pagos de sus socios.
En el año 1913 un grupo de veratenses formaron la Empresa Popular de Toros y Aviación que prestó 400 ptas a la sociedad para financiar las obras. Aunque a partir de este préstamo y de la continuación de las obras se llevaron a cabo algunas corridas entre 1914 y 1916, la situación financiera de la sociedad no mejoró, las obras cesarón y la sociedad se disolvió en 1917.
Durante la Guerra Civil, el estado de la plaza se agravó y solo se conserva constancia de una corrida a lo largo de este periodo. En 1943, se realizaron retoques en la plaza para poder lidiar toros en ella. Sin embargo, la situación de la plaza hace que en 1954 se ponga a subasta pública y sea adquirida por el Ayuntamiento.
A partir de dicho suceso, se inició una etapa dorada para la plaza, en la participaron en numerosas corridas las figuras más importantes de la tauromaquia del momento. Este periodo de esplendor duro hasta 1983.
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