LA ABSTENCIÓN SE DISPARA.
LA ABSTENCIÓN SE DISPARA 10 PUNTOS DESDE ENERO . LA CASTA POLITICA NO CONVENCE
| El ultimo estudio de los tres barómetros del CIS de este año, los únicos con el nuevo Gobierno del PP, muestran una radiografía política de un país enfermo en el que los dos principales partidos políticos y sus líderes salen muy mal parados, no hay una sola figura que logre el aprobado y en el que la abstención pasa del 13,4% en enero al 22,3% en el último barómetro de ayer.
Los barómetros de enero, abril y julio –que son los que incluyen sondeo de intención de voto- muestran una paulatina caída del PP desde el 42,7% de enero al 36,6 de julio. Una caída de 6,1 puntos que se profundizará en el de octubre ya que el Gobierno ha preferido no reflejar en este barómetro los grandes recortes y subidas de impuestos anunciados por Rajoy el 11 de julio (la encuesta se ha realizado del 2 a 10 de ese mes).
Sin embargo, el PSOE de Rubalcaba es incapaz de recoger el descontento de las políticas de Mariano Rajoy: si en enero tenía un 28%, en abril pasada a un 29,6 y ahora en julio sólo aumenta tres décimas, al 29,9. Buena parte de culpa de este lento avance, “desesperante” para algunas fuerzas dentro del PSOE, parece radicar en la figura de su líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, con quien el CIS es casi igual de cruel que con Mariano Rajoy.
Si en enero, a un 59,3% Rajoy le inspiraba “poca o ninguna confianza”, ese porcentaje subía en abril al 71,6% y crecía al 77,9% en el último de julios. Pero es que, Rubalcaba ya partía en enero con un 74% de electores a los que inspiraba “poca o ninguna confianza”, que pasaban a 78,8 en abril y que se disparaban al 83,5% en julio. Algo similar sucede cuando se pregunta por la actuación de PP y PSOE como Gobierno y oposición. En abril era un 77,1% de electores el que calificaba “regular, mala o muy mala” la labor del PP, que pasaba al 84,9% en julio. Con respecto a la labor de oposición del PSOE, un 85,6% la tildaba de “regular, mala o muy mala”, y en julio ha crecido hasta el 89,1%.
Este panorama de desencanto con los políticos se refleja en la valoración de los líderes de los partidos. La caída de Rajoy en su valoración es la más acusada: del 4,55 que sacaba en enero al 3,33 de julio (antes de los últimos recortes). Rubalcaba, que tenía un 4,25 en enero, obtiene en julio un 3,80. Cayo Lara, que tenía un 4,17, y su alternativa de arrojar gasolina a las calles le pasa factura, ahora baja al 3,77. Incluso Rosa Diez, que era la líder político mejor valorado en enero con un 4,75, lo sigue siendo ahora pero con un 4,36, es decir, casi medio punto menos que entonces.
¿ Y quién recoge entonces todo este descontento del electorado ? UPyD es la única formación que crece significativamente, pasando del 5,1% de abril al 6,6% de julio, porque IU ni siquiera ve aumentar una décima el 8,6% que ya recogía en abril. El índice que se dispara en el último CIS es, lógicamente, el de la abstención: un 22,3% de electores dice que, ahora mismo, no votaría, frente al 17,2 de abril y al 13,4 de enero.
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